En el patio cívico de nuestro Colegio, junto al busto del P. Ezequiel Nieto Fuenlabrada, nuestro fundador, tenemos situada una campana de bronce que nos ha acompañado a lo largo de nuestra misión educativa.

 Para la vida cristiana, la campana tiene un sentido de vida espiritual que consiste en atraer con el sonido a las personas a conocer el amor a Dios, en el antiguo testamento hay varios textos donde se recuerda el sentido musical; en Números 10,3. Aparece el sonido de las trompetas, hoy en día son las campanas. Llaman para escuchar la palabra, para meditar, para atender a Dios y para vivenciar el amor

En nuestro Colegio, hemos instaurado la costumbre de tocar una campanada para celebrar el haber alcanzado el logro de terminar un nivel escolar, esto recuperando el simbolismo de la campana que nos ha legado la tradición lasallista, de este modo, los escolares que egresan de preescolar tocan una campanada, dos los que concluyen la primaria, tres los que terminan la secundaria y cuatro para los que finalizan la preparatoria, esta secuencia sonora representa el camino hacia la fraternidad cristiana, la representación de los valores que debemos recordar y practicar en nuestro andar por la vida para llegar a la paz mundial de la mano de Jesús.

Y es que la fraternidad fue el primer tema al que hizo referencia nuestro Santo Padre, el papa Francisco, el día de su elección, cuando inclinó la cabeza ante la gente y, definiendo la relación obispo-pueblo como «un camino de fraternidad», expresó este deseo: “Recemos siempre por nosotros por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad”. De ahí en adelante, este camino de fraternidad, que Francisco emprendió de manera decidida, ha rendido muchos frutos, como el Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común. En este documento, firmado en Abu Dabi por el Gran Imán de Al Azhar y el Papa, manifiestan que todo lo que consensuaron durante más de un año de trabajo en común lo hicieron partiendo de este “valor trascendental”: al que definieron como “la fe que lleva al creyente a ver en el otro a un hermano al que se debe sostener y amar”.

De este modo, la primer campanada representa la Fe, el punto de partida donde el escolar descubre el plan de Dios y lo promueve al interior de sí mismo; la segunda campanada nos recuerda la Justicia, dar a cada quién lo que necesita; la tercer campanada nos inspira al Servicio, el trabajo en defensa de la vida, la promoción de la dignidad de la persona y en favor de sus necesidades, con realismo, responsabilidad y esperanza, luego, la cuarta campanada nos llama al Compromiso, entregarse a lo que hemos empeñado nuestra palabra y, todas juntas, constituyen el camino que nos conduce a la Fraternidad.